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La introducción del orden eclesiástico IR 30

A medida que nuestros miembros fueron aumentando, resultó evidente que sin alguna forma de organización habría gran confusión, y la obra no se realizaría con éxito. La organización era indispensable para proporcionar sostén al ministerio, dirigir la obra en nuevos territorios, proteger tanto a las iglesias como a los ministros de los miembros indignos, administrar las propiedades de la iglesia, publicar la verdad por medio de la prensa y para muchos otros objetos. IR 30.2

Sin embargo, había un fuerte sentimiento en contra de ella entre nuestros hermanos. Los adventistas del primer día eran enemigos de la organización, y la mayor parte de los adventistas del séptimo día tenía las mismas ideas. Buscamos al Señor con ferviente oración para poder entender su voluntad, y nos fue dada luz por medio de su Espíritu en el sentido de que debía haber orden y disciplina cabal en la iglesia: La organización era esencial. El sistema y el orden se manifiestan en todas las obras de Dios a través del universo. El orden es la ley del cielo, y debe ser la ley del pueblo de Dios en la tierra. IR 31.1