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La oración como evidencia de nuestra confianza en Dios Or 98

El Señor dice: “Invócame en el día de la angustia”. Salmos 50:15. Él nos invita a presentarle lo que nos tiene perplejos y lo que hemos menester, y nuestra necesidad de la ayuda divina. Nos aconseja ser constantes en la oración. Tan pronto como las dificultades surgen, debemos dirigirle nuestras sinceras y fervientes peticiones. Nuestras oraciones importunas evidencian nuestra vigorosa confianza en Dios. El sentimiento de nuestra necesidad nos induce a orar con fervor, y nuestro Padre celestial es movido por nuestras súplicas.—Palabras de Vida del Gran Maestro, 136. Or 98.1

Únicamente cuando pidamos en oración ferviente nos otorgará Dios el deseo de nuestro corazón.—Obreros Evangélicos, 268. Or 98.2