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Nos prepara para ser miembros de la iglesia celestial Or 113

Para el alma humilde y creyente, la casa de Dios en la tierra es la puerta del cielo. El canto de alabanza, la oración, las palabras pronunciadas por los representantes de Cristo, son los agentes designados por Dios para preparar un pueblo para la iglesia celestial, para aquel culto más sublime, en el que no podrá entrar nada que corrompa.—Testimonios para la Iglesia 5:463, 464. Or 113.1