El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. 2 Pedro 3:9. MSV 94.2
Se me mostró el peligro que corremos como pueblo de llegar a asemejarnos al mundo más bien que a la imagen de Cristo. Estamos ahora en los mismos umbrales del mundo eterno; pero es el propósito del adversario de las almas inducirnos a postergar la terminación del tiempo. Satanás asaltará de toda manera posible a los que profesan ser el pueblo que guarda los mandamientos de Dios y espera la segunda aparición de nuestro Salvador en las nubes de los cielos con poder y grande gloria. Inducirá a tantos como pueda a postergar el día malo, a identificarse en espíritu con el mundo y a imitar sus costumbres. Me sentí alarmada al ver que el espíritu del mundo estaba dominando los corazones y las mentes de muchos que hacen alta profesión de la verdad. Albergan el egoísmo y la complacencia propia; pero no cultivan la verdadera piedad ni la estricta integridad... MSV 94.3
Al considerar el poco tiempo que nos queda, debiéramos velar y orar como pueblo, y en ningún caso dejarnos distraer de la solemne obra de preparación para el gran acontecimiento que nos espera. Porque el tiempo se alarga aparentemente, muchos se han vuelto descuidados e indiferentes en sus palabras y acciones. No comprenden su peligro, y no ven ni entienden la misericordia de nuestro Dios al prolongar el tiempo de gracia a fin de que tengan oportunidad de adquirir un carácter digno de la vida futura e inmortal. Cada momento es del más alto valor. Se les concede tiempo, no para que lo dediquen a estudiar sus propias comodidades y a transformarse en moradores de la tierra, sino para que lo empleen en la obra de vencer todo defecto de su carácter, y en ayudar a otros, por su ejemplo y esfuerzo personal, a ver la belleza de la santidad. MSV 94.4
Dios tiene en la Tierra un pueblo que, con fe y santa esperanza, está siguiendo el registro de la profecía que rápidamente se cumple, y cuyos miembros están tratando de purificar sus almas obedeciendo a la verdad a fin de no ser hallados sin manto de boda cuando Cristo aparezca.—Testimonies for the Church 4:301, 302. MSV 95.1