El estudio de la Biblia es superior a cualquier otro para fortalecer el intelecto. ¡Qué campos de pensamiento puede explorar la juventud en la Palabra de Dios! La mente puede ir cada vez más hondo en sus investigaciones, acumulando fuerza en cada esfuerzo que hace por comprender la verdad, y no obstante le espera más allá una infinidad. MJ 178.6
Los que profesan amar a Dios y reverenciar las cosas sagradas y sin embargo dejan descender la mente a cosas superficiales e irreales, se colocan en el terreno de Satanás y hacen su obra. Si los jóvenes estudiaran las gloriosas obras de Dios en la naturaleza y su majestad y poder como se hallan revelados en su Palabra, avivarían y elevarían sus facultades con esa práctica. Recibirían un vigor que nada tendría que ver con la arrogancia. Por la contemplación de las maravillas del poder divino la mente aprenderá la más dura y a la vez más útil de todas las lecciones: que la sabiduría humana, si no está ligada al Infinito y santificada por la gracia de Cristo, es necedad. MJ 179.1