Abran la Biblia ante los jóvenes, dirijan su atención a los tesoros ocultos que ella encierra, enséñenles a buscar sus joyas de verdad, y ellos obtendrán una fuerza intelectual que no podrá impartirles el estudio de todo lo que abarca la filosofía. Los grandes temas que la Biblia trata, la digna sencillez de sus declaraciones inspiradas, los temas elevados que presenta a la mente, la luz penetrante y clara que fluye del trono de Dios y alumbra el entendimiento, desarrollarán las facultades de la mente hasta un punto que difícilmente puede ser comprendido y que nunca será plenamente explicado. MJ 179.4
La Biblia presenta a la imaginación un campo ilimitado, tanto más elevado y noble que las creaciones superficiales del intelecto no santificado como los cielos son más altos que la tierra. La historia inspirada de nuestra especie es colocada en las manos de todo individuo. Todos pueden ahora empezar su investigación. Pueden familiarizarse con nuestros primeros padres cuando estaban en el Edén, en estado de santa inocencia, gozando de la comunión con Dios y los ángeles inmaculados. Pueden investigar la introducción del pecado, y sus resultados sobre la especie, y seguir paso a paso el curso de la historia sagrada que registra la desobediencia e impenitencia del hombre y la justa retribución por el pecado. MJ 180.1