“Escudriñad las Escrituras, porque pensáis que en ellas tenéis la vida eterna”.1Juan 5:39. Escudriñar significa buscar diligentemente algo que se ha perdido. Investiguen los tesoros escondidos en la Palabra de Dios. No pueden pasar sin ellos. Estudien los pasajes difíciles, comparando versículo con versículo, y hallarán que la Escritura es la llave que abre la Escritura. MJ 182.3
Los que estudian la Biblia con oración, salen de cada investigación más sabios que antes. Algunas de sus dificultades han sido resueltas porque el Espíritu Santo ha hecho la obra de la cual se habla en el capítulo catorce de Juan: “Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi Nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho”.2Juan 14:26. MJ 183.1
Sin esfuerzo ferviente, perseverante, no se obtiene nada que valga la pena. En asuntos de negocios, solo quienes tienen voluntad de hacer una cosa, alcanzan buen éxito. No podemos esperar obtener un conocimiento de las cosas espirituales sin trabajo afanoso y ferviente. Los que obtienen las joyas de la verdad tienen que cavar por ellas como el minero cava para sacar el oro precioso oculto en la tierra. MJ 183.2
Nunca tendrán éxito los que trabajan indiferentemente y sin entusiasmo. Es necesario que los jóvenes como los mayores lean la Palabra de Dios, y no solo que la lean, sino que la estudien con diligente fervor, orando, creyendo e investigando. De este modo hallarán el tesoro escondido, pues el Señor avivará su entendimiento. MJ 183.3