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Llamamiento a oponerse a las fuerzas del mal MJ 38

La obra de Satanás es destronar a Dios del corazón y moldear la naturaleza humana conforme a su propia imagen deforme. Excita todas las malas propensiones, despierta las pasiones impuras y las ambiciones. Declara: “Te daré todo este poder, estos honores, estas riquezas y estos placeres pecaminosos”. Pero pone por condición que la integridad sea sacrificada y la conciencia embotada. De ese modo degrada las facultades humanas, y las hace cautivas del pecado. MJ 38.3

Dios llama a los hombres a oponerse a los poderes del mal. Dice: “No reine el pecado en vuestro cuerpo mortal, para obedecer a sus malos deseos. Ni tampoco ofrezcáis vuestros miembros como armas al servicio del pecado, sino ofreceos a Dios, como quienes han vuelto de la muerte a la vida; y ofreced vuestros miembros a Dios por instrumentos de justicia”.2Romanos 6:12, 13. MJ 38.4

La vida del cristiano es una lucha. Pero “no tenemos lucha contra sangre y carne; sino contra principados, contra potestades, contra dominadores de este mundo de tinieblas, contra malos espíritus de los aires”.3Efesios 6:12. En este conflicto de la justicia contra la injusticia, solamente podemos tener éxito mediante la ayuda divina. Nuestra voluntad finita debe ser sometida a la voluntad del Infinito; la voluntad humana debe unirse a la divina. Esto traerá al Espíritu Santo en nuestra ayuda, y cada conquista tenderá a la recuperación de la posesión comprada por Dios, a la restauración de su imagen en el ser. MJ 38.5