La iglesia de Dios está compuesta de vasos grandes y pequeños. El Señor no pide nada que sea irrazonable. No espera que los vasos más pequeños tengan la capacidad de los más grandes. Espera retribución de acuerdo con lo que el hombre tiene, y no de acuerdo con lo que no tiene. Hagan lo mejor que puedan, y Dios aceptará los esfuerzos de ustedes. Emprendan el cumplimiento del deber que tengan más a mano y llévenlo a cabo con fidelidad, y el trabajo será completamente aceptable para el Maestro. En el deseo de hacer algo grande, no pasen por alto las tareas más pequeñas que les espera. MJ 66.5
Guárdense de descuidar la oración secreta y el estudio de la Palabra de Dios. Estas son las armas contra aquel que se esfuerza por obstaculizar el progreso hacia el cielo. El primer descuido de la oración y del estudio de la Biblia hace más fácil el segundo. La primera resistencia a los ruegos del Espíritu prepara el camino para la segunda. De este modo se endurece el corazón y se hace insensible la conciencia. MJ 67.1
Por otra parte, cada resistencia a la tentación hace más fácil la resistencia. Cada negación de sí mismo hace más fácil la abnegación. Cada victoria ganada prepara el camino para una nueva victoria. Cada resistencia a la tentación, cada acto de abnegación, cada triunfo sobre el pecado, constituye una semilla sembrada para vida eterna. Cada acto altruista da nueva fuerza a la espiritualidad. Nadie puede tratar de parecerse a Cristo sin hacerse noble y fiel. MJ 67.2