Los seres celestiales trabajarán con el agente humano que, con fe decidida busque esa perfección de carácter que logrará la perfección en la acción. Cristo dice a cada uno de los que se ocupan en su obra: “Estoy a tu mano derecha para ayudarte”. MJ 70.2
Cuando la voluntad del hombre coopera con la voluntad de Dios, llega a ser omnipotente. Cualquier cosa que debe hacerse por orden suya, puede llevarse a cabo con su fuerza. Todos sus mandatos son habilitaciones.—Palabras de Vida del Gran Maestro, 266-268. MJ 70.3