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La preparación para la venida de Cristo MJ 89

Vi que Dios odia el orgullo, y que todos los orgullosos y quienes proceden impíamente serán como rastrojo, y que el día que se acerca los quemará. Vi que el mensaje del tercer ángel tiene que obrar todavía como levadura en muchos corazones que profesan creerlo, y quitar su orgullo, egoísmo, codicia y amor al mundo. MJ 89.1

Jesús viene y ¿hallará a un pueblo conformado con el mundo? ¿Lo reconocerá él como pueblo suyo que ha purificado para sí? Oh, no. Solamente reconocerá como suyo lo puro y santo. Reconocerá como suyos a los que han sido purificados y emblanquecidos por el sufrimiento, y se han mantenido separados, sin mancha del mundo. MJ 89.2

Mi ser sintió profunda angustia al ver el hecho terrible del pueblo de Dios conformado con el mundo, sin que hubiera distinción, a excepción del nombre, entre los incrédulos y muchos de los profesos discípulos del manso y humilde Jesús. Vi que Jesús era herido y expuesto a la vergüenza pública. Al ver con pena que el profeso pueblo de Dios amaba al mundo, participaba de su espíritu y seguía sus modas, el ángel dijo: “¡Sepárense!, ¡sepárense!, no sea que se les asigne una porción con los hipócritas e incrédulos fuera de la ciudad. Su profesión de fe lo único que hará es causarles más angustia, y el castigo será mayor por cuanto conocían su voluntad y no la hicieron”. MJ 89.3

Los que profesan creer en el mensaje del tercer ángel, perjudican con frecuencia la causa de Dios con su ligereza, sus bromas y su superficialidad. Me fue mostrado que este mal había invadido todas nuestras filas. Vi que debería haber una humillación delante del Señor. El Israel de Dios debería rasgar el corazón y no los vestidos. Rara vez se ve una sencillez infantil; se piensa más en la aprobación del hombre que en el desagrado de Dios. MJ 89.4

Dijo el ángel: “Pongan en orden su corazón, no sea que Dios los visite en juicio, y el frágil hilo de la vida se corte y caigan en el sepulcro sin protección, sin preparación para el juicio. O si no descienden al sepulcro, a menos que hagan pronto paz con Dios y se aparten del mundo, el corazón se endurecerá, y ustedes se apoyarán en un sostén falso, en una preparación supuesta, y descubrirán su error demasiado tarde para obtener una esperanza bien fundada”.—Testimonies for the Church 1:131-134. MJ 89.5