La senda del trabajo, señalada a los moradores de la tierra, puede ser dura y cansadora, pero ha sido honrada por las pisadas del Salvador, y el que sigue este camino sagrado está seguro. Por precepto y ejemplo, Cristo dignificó el trabajo útil. Desde sus primeros años vivió una vida de trabajo. Pasó la mayor parte de su vida terrenal en el trabajo paciente de la carpintería de Nazaret. Vestido como trabajador común, el Señor de la vida recorrió las calles de la pequeña ciudad en la cual vivía, yendo y viniendo de su humilde trabajo; y le acompañaban ángeles ministradores mientras caminaba lado a lado con los campesinos y obreros sin que lo reconocieran y honraran [...]. MJ 150.2
El trabajo juicioso es un tónico para la familia humana. Hace fuertes a los débiles, ricos a los pobres, felices a los desgraciados. Satanás está al acecho, listo para destruir a los que en su tiempo libre le dan oportunidad de acercarse a ellos bajo algún disfraz atrayente. Nunca tiene más éxito que cuando se acerca a los hombres en sus horas de ocio. MJ 150.3