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Los padres deben gobernarse a sí mismos 1MCP 164

Los padres que gobiernan con éxito sus familias han de primero gobernarse a sí mismos. Si desean tener solo palabras agradables en su familia, deben hacer que sus hijos únicamente escuchen palabras agradables de sus labios. Al plantar una semilla se producirá una cosecha similar. Los padres tienen una obra solemne y sagrada que realizar en la educación de sus hijos por precepto y ejemplo. Están bajo la obligación de presentar ante Dios a sus hijos en condiciones de recibir, a una edad muy temprana, un conocimiento inteligente de lo que significa seguir a Jesucristo. Si los que pretenden ser cristianos bíblicos tienen hijos que no temen ni aman a Dios, en la mayoría de los casos es porque el ejemplo de los padres no ha sido el correcto. Se sembraron semillas falsas y espurias, y se ha producido una cosecha de espinas y abrojos.—Manuscrito 59, 1900. 1MCP 164.3