Go to full page →

El esposo no ha de hacer alarde de su posición 1MCP 168

No evidencia virilidad el esposo que constantemente hace alarde de su puesto como cabeza de la familia. No aumenta el respeto hacia él cuando se le oye citar la Escritura para apoyar sus derechos a ejercer autoridad. No lo hará más hombre el requerir de su esposa, la madre de sus hijos, que actúe de acuerdo con los planes de él como si fueran infalibles. 1MCP 168.3

El Señor ha constituido al esposo como cabeza de la esposa para que la proteja; él es el vínculo de la familia, el que une sus miembros, así como Cristo es cabeza de la iglesia y Salvador del cuerpo místico. Todo esposo que asevera amar a Dios debe estudiar cuidadosamente lo que Dios requiere de él en el puesto que ocupa. La autoridad de Cristo se ejerce con sabiduría, con toda bondad y amabilidad; así también ejerza su poder el esposo e imite la gran Cabeza de la iglesia.—El hogar adventista, 191, 192 (1894). 1MCP 168.4