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Nunca se obtiene la fraternidad por medio de componendas 1MCP 246

Aquellos que aman a Jesús y a las almas por las cuales él murió, buscarán las cosas que contribuyan a la paz. Pero deben cuidarse, no sea que en sus esfuerzos por prevenir la discordia renuncien a la verdad, y al evitar la división estén sacrificando los principios. La verdadera fraternidad nunca puede ser mantenida al comprometer los principios. Cuando los cristianos se acercan al modelo de la semejanza a Cristo y llegan a ser puros en espíritu y en acción, sentirán el veneno de la serpiente. Un cristianismo que es espiritual provoca la oposición de los hijos de la desobediencia [...]. Esa paz y armonía que se obtienen por concesiones mutuas para evitar toda diferencia de opinión no merecen esos nombres. A veces se deberían hacer concesiones en asuntos que se relacionan con los sentimientos entre un hombre y otro; pero nunca debería sacrificarse ni una jota de los principios para obtener armonía.—The Review and Herald, 16 de enero de 1900. 1MCP 246.6