Pocos creen que la humanidad ha caído tan hondo o que es tan completamente malvada, tan desesperadamente opuesta a Dios como está en realidad. “Los designios de la carne son enemistad contra Dios, porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden”. Romanos 8:7. 1MCP 36.2
Cuando la mente no está bajo la influencia directa del Espíritu de Dios, Satanás puede moldearla como desea. Provocará la sensualidad de todos los poderes racionales que controla. Se opone directamente a Dios en sus gustos, sus puntos de vista, sus preferencias, sus simpatías y sus antipatías, sus elecciones y sus proyectos; no se deleita en lo que Dios ama o aprueba, sino una apetencia por lo que Él desprecia; por lo tanto se mantiene una conducta que ofende a Dios. 1MCP 36.3
Esto conduce a la controversia con los que están tratando de mantenerse en el camino del Señor. Ellos [los que se oponen a la verdad] llamarán tinieblas a la luz, y luz a las tinieblas; bien al mal, y mal al bien.—Carta 8, 1891. 1MCP 36.4