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No confiar en el juicio de nadie 1MCP 38

No se debía confiar en la mente ni en el juicio de nadie, porque estaban en juego intereses demasiado grandes, y no se hallaban libres de las flaquezas y errores humanos [...]. No existe mente humana tan perfecta que no corra el riesgo de que actúe por motivos equivocados, viendo las cosas desde una perspectiva errada.—Carta 41, 1891. 1MCP 38.1