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Ser brillantes no es garantía de éxito 1MCP 308

No es verdad que los jóvenes brillantes siempre tienen el mayor éxito. Muy a menudo los hombres de talento y educación han sido puestos en cargos de confianza y han fracasado. Su brillo tenía la apariencia del oro, pero cuando se lo probó, demostró ser nada más que oropel y escoria. Por su infidelidad fracasaron en su trabajo. 1MCP 308.3

No fueron diligentes y perseverantes y no fueron al fondo de las cosas. No estuvieron dispuestos a comenzar en el escalón inferior de la escalera y, con esfuerzo paciente, a ascender escalón tras escalón hasta alcanzar la cima. Caminaron al resplandor de sus propias chispas. No dependieron de la sabiduría que únicamente Dios puede dar. Su fracaso no se debió a que no tuvieron una oportunidad, sino a que no tuvieron una mente sobria. No sintieron que las ventajas de la educación eran de valor para ellos, y por lo tanto no avanzaron como pudieron haberlo hecho en el conocimiento de la religión y de la ciencia. Su mente y su carácter no fueron equilibrados por los elevados principios de lo recto.—The Review and Herald, 8 de diciembre de 1891; Fundamentals of Christian Education, 193. 1MCP 308.4