La salud es una bendición inestimable, que está íntimamente relacionada con la conciencia y la religión más de lo que muchos piensan. Tiene mucho que ver con la capacidad de uno. Todo predicador debe tener presente el sentimiento de que para ser un fiel guardián del rebaño, debe conservar todas sus facultades en condición de prestar el mejor servicio posible.—Obreros Evangélicos, 256. 1MCP 320.1