Hay una ley de la naturaleza intelectual y espiritual según la cual modificamos nuestro ser a través de lo que contemplamos. La inteligencia se adapta gradualmente a los asuntos en que se ocupa. Se asimila lo que se acostumbra a amar y a reverenciar.—Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 611 (1888). 1MCP 329.1