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Percepción selectiva 1MCP 330

Dios no desea que escuchemos todo lo que se puede oír, o miremos todo lo que se puede ver. Es una gran bendición cerrar los oídos para no oír, y los ojos para no ver. La mayor preocupación debería ser tener una visión clara para discernir nuestras propias limitaciones y un oído atento para captar toda reprensión e instrucción necesarias, no sea que por nuestra falta de atención y nuestro descuido las dejemos escapar y lleguemos a ser oidores olvidadizos y no hacedores de la obra.—Testimonies for the Church 1:707, 708 (1868). 1MCP 330.3