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El hisopo, el cedro y la palmera 1MCP 66

En todas las disposiciones del Señor, no hay nada más hermoso que su plan de dar a los hombres y mujeres una diversidad de dones. La iglesia es su jardín, adornado con una variedad de árboles, plantas y flores. Él no espera que el hisopo asuma las proporciones de un cedro, ni que el olivo alcance la altura de la palmera majestuosa. Muchos han recibido solamente una educación religiosa e intelectual limitada, pero Dios tiene una obra para esta clase de personas, si ellas trabajan con humildad, confiando en él.—El Evangelismo, 77 (1902). 1MCP 66.5