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Dirija la mente al creador, y no a la exaltación propia 1MCP 81

Si se concediera a este principio [trabajar para gloria de Dios] la atención que merece por su importancia, se efectuaría un cambio radical en algunos de los métodos corrientes de enseñanza. En vez de despertar el orgullo, la ambición egoísta y un espíritu de rivalidad, los maestros procurarían evocar un sentimiento de amor a la bondad, a la verdad y a la belleza; harían desear lo excelente [...]. En vez de ser encauzado hacia las meras normas terrestres o movido por el deseo de exaltación propia que de por sí empequeñece y rebaja, el espíritu sería dirigido hacia el Creador, para conocerlo y ser semejante a él.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 646 (1890). 1MCP 81.5