Go to full page →

Fe en Cristo, no en el manto 2MCP 182

Al pasar, [la mujer enferma] se adelantó, y alcanzó a tocar apenas el borde de su manto. En ese momento se dio cuenta de que se había sanado. Su fe tenía como centro, no el manto, sino la Persona que usaba el manto. En ese toque estaba concentrada la fe de su vida, y al instante su dolor y su debilidad desaparecieron. De inmediato sintió la vibración de una corriente eléctrica que pasaba por cada fibra de su ser. La invadió una sensación de perfecta salud. “Inmediatamente [...] sintió en el cuerpo que estaba sana de su azote”. Marcos 5:29.—Carta 111, 1904. 2MCP 182.3