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Un carácter noble se construye como resultado de duras batallas contra el yo 2MCP 188

Cristo no nos ha dado la seguridad de que sea asunto fácil lograr la perfección del carácter. Un carácter noble, cabal, no se hereda. No lo recibimos accidentalmente. Lo obtenemos mediante esfuerzos individuales, realizados por los méritos y la gracia de Cristo. Dios da los talentos, las facultades mentales: nosotros formamos el carácter. Lo desarrollamos sosteniendo rudas y severas batallas contra el yo. Hay que sostener conflicto tras conflicto contra las tendencias heredadas. Tendremos que criticarnos a nosotros mismos severamente y no permitir que quede sin corregir un solo rasgo desfavorable.—Palabras de Vida del Gran Maestro, 266 (1900). 2MCP 188.1