Go to full page →

Fuego común y fuego sagrado 2MCP 199

La verdad de Dios no ha sido magnificada en su pueblo creyente, porque no la han incorporado a su experiencia personal. Se conforman al mundo y dependen de él para ejercer influencia. Permiten que el mundo los convierta, e introducen el fuego común para que tome el lugar del fuego sagrado con el fin de poder alcanzar la norma del mundo en su obra. 2MCP 199.4

No habría que hacer esos esfuerzos para imitar las costumbres del mundo. Ese es fuego común; no sagrado. El pan vivo no solo debe ser admirado: también hay que comerlo. Ese pan que desciende del cielo da vida al alma. Es la levadura que absorbe todos los elementos del carácter para unirlos con el carácter de Cristo, y le da forma a todas las discutibles tendencias heredadas y cultivadas para que adquieran la semejanza divina.—Manuscrito 96, 1898. 2MCP 199.5