Go to full page →

A veces las reprensiones son necesarias 2MCP 221

Aunque nuestras palabras siempre deben ser amables y tiernas, nunca hemos de decir nada que convenza al malhechor de que Dios no pone objeciones a su camino. Este tipo de idea es terrenal y engañosa. No se da licencia para manifestaciones de afecto indebidas, para una emoción sentimental. Los que obran mal necesitan consejo y reprensión, y a veces tienen que ser duramente amonestados.—Manuscrito 17, 1899. 2MCP 221.4