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La alimentación afecta la imaginación 2MCP 231

La intemperancia comienza en nuestras mesas con el consumo de alimentos malsanos. Después de un tiempo, por la complacencia continua del apetito, los órganos digestivos se debilitan y el alimento ingerido no satisface. Se establecen condiciones malsanas y se anhela ingerir alimentos más estimulantes. El té, el café y la carne producen un efecto inmediato. Bajo la influencia de estos venenos, el sistema nervioso se descontrola y, en algunos casos, el intelecto parece vigorizado momentáneamente y la imaginación resulta más impresionante.—Joyas de los Testimonios 1:417, 418 (1875). 2MCP 231.2