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El teatro deprava la imaginación 2MCP 232

El teatro se encuentra entre los placeres más peligrosos. En lugar de ser una escuela de moralidad y virtud, como a menudo se pretende, es el mismo semillero de la inmoralidad. Los hábitos viciosos y las inclinaciones pecaminosas se fortalecen y confirman por medio de este entretenimiento. Las canciones de bajo nivel, los gestos, expresiones y actitudes lascivos depravan la imaginación y rebajan la moral. Todo joven que asista habitualmente a esos espectáculos corromperá sus principios. 2MCP 232.2

No hay influencia más poderosa para envenenar la imaginación, destruir las impresiones religiosas y embotar el gusto por los placeres tranquilos y las sobrias realidades de la vida, que los espectáculos teatrales. El amor por estas escenas aumenta cada vez que se las ve, así como se fortalece el deseo por las bebidas embriagantes cada vez que se las usa. La conducta más segura al respecto consiste en descartar el teatro, el circo y todo otro lugar dudoso de entretenimiento.—Testimonies for the Church 4:652, 653 (1881). 2MCP 232.3