Satanás sabe muy bien que el alma más débil, pero que permanece en Jesús, puede más que todas las huestes de las tinieblas, y que si se presenta abiertamente se le haría frente y se le resistiría. Por esto trata de atraer a los soldados de la cruz fuera de su baluarte, mientras que él mismo permanece con sus fuerzas en emboscada, listo para destruir a todos aquellos que se aventuren a entrar en su territorio. Solo podemos estar seguros cuando confiamos humildemente en Dios y obedecemos todos sus mandamientos.—Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 584, 585 (1888). 2MCP 255.4