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Las relaciones mutuas deben ser regidas por el amor divino 2MCP 271

Estoy constantemente presentando la necesidad que tiene cada hombre de hacer lo mejor que pueda como cristiano, de prepararse para alcanzar el grado de crecimiento, expansión de la mente y nobleza del carácter que cada uno pueda tener. En todo lo que hagamos, debemos sostener una relación cristiana unos con otros. Debemos emplear toda la fuerza espiritual para la ejecución de planes sabios en una acción fervorosa. Los dones de Dios han de ser usados para la salvación de las almas. Nuestras relaciones mutuas no han de ser gobernadas por normas humanas; sino por el amor divino, el amor expresado en el don de Dios a nuestro mundo.—Consejos para los Maestros Padres y Alumnos acerca de la Educación Cristiana, 243 (1913). 2MCP 271.3