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Hacer el bien estimula los nervios 2MCP 286

Cada rayo de luz que derramemos sobre los demás se reflejará sobre nuestros propios corazones. Toda palabra amable y de compasión dirigida al apesadumbrado, todo acto que tenga por fin aliviar al oprimido, y todo don cuyo propósito sea suplir las necesidades de nuestros semejantes, dado o hecho para gloria de Dios, resultará en bendición para el dador. Los que obren de este modo estarán obedeciendo la ley del cielo y recibirán la aprobación de Dios. El placer de hacer el bien a los demás fluye a través de los nervios, acelera la circulación de la sangre y nos otorga salud mental y física.—Testimonies for the Church 4:56 (1876). 2MCP 286.2