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La felicidad no es para los que siguen sus propios impulsos 2MCP 287

Jesús quiere que ustedes sean felices, pero no pueden serlo si siguen su propio camino y los impulsos de su corazón [...]. Nuestras nociones, nuestras peculiaridades, son enteramente humanas, y no debe dejarse que predominen sobre nosotros. El yo debe ser crucificado, no una vez u otra, sino diariamente, y lo físico, mental y espiritual debe subordinarse a la voluntad de Dios. La gloria de Dios, la perfección del carácter cristiano, debe ser el blanco y el propósito de nuestra vida. Los seguidores de Cristo deben imitarlo en su disposición [...]. El lema es como Cristo, no como el padre o la madre de ustedes, sino como Jesucristo, ocultos en Cristo, vestidos de la justicia de Cristo, imbuidos con el espíritu de Cristo.—Nuestra Elavada Vocacion, 31 (1882). 2MCP 287.5