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Se promete mejor salud 2MCP 332

Los malos hábitos y las malas costumbres están produciendo entre los hombres toda clase de enfermedades. Logremos que el entendimiento se convenza, por medio de la educación, de la pecaminosidad de abusar y degradar las facultades que Dios nos ha dado. Que la mente adquiera inteligencia y la voluntad sea puesta del lado del Señor, y entonces la salud física mejorará maravillosamente. 2MCP 332.3

Pero esto nunca puede lograrse solo sobre la base de la fuerza humana. Junto a los esfuerzos fervientes realizados por la gracia de Cristo para renunciar a las malas costumbres y asociaciones, y para ser temperantes en todas las cosas, debe existir además la profunda convicción de que tenemos que procurar de Dios, por medio del sacrificio expiatorio de Cristo, el arrepentimiento y el perdón de los pecados pasados. Estas cosas deben manifestarse en la experiencia diaria; debe haber una estricta vigilancia y un incansable intento de que Cristo ponga todo pensamiento en cautividad. Su poder renovador debe manifestarse en el alma de modo que, como seres responsables, presentemos nuestros cuerpos a Dios como un sacrificio vivo, santo y agradable a él, que es nuestro culto racional.—Medical Missionary [El misionero médico], noviembre-diciembre de 1892; Counsels on Health, 504, 505. 2MCP 332.4