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Fuerza y determinación en contraposición con una mente dominada 2MCP 347

La disciplina de un ser humano que ha llegado a la edad del desarrollo de la inteligencia debe ser distinta de la que se aplica para domar a un animal. A este solo se le enseña sumisión a su amo. Para él el amo es mente, criterio y voluntad. Este método, empleado a veces en la educación de los niños, hace de ellos solo autómatas. La mente, la voluntad y la conciencia están bajo el dominio de otro. 2MCP 347.5

No es el propósito de Dios que se sojuzgue así ninguna mente. Los que debilitan o destruyen la individualidad de otras personas, emprenden una tarea que solo puede dar malos resultados. Mientras están sujetos a la autoridad, los niños pueden parecer soldados bien disciplinados. Pero cuando cesa ese dominio exterior, se descubre que el carácter carece de fuerza y firmeza. No habiendo aprendido jamás a gobernarse, el joven no reconoce otra sujeción fuera de la impuesta por sus padres o su maestro. Desaparecida esta, no sabe cómo usar su libertad, y a menudo se entrega a excesos que dan como resultado la ruina.—La Educación, 288 (1903). 2MCP 348.1