Go to full page →

Hay que ejercitar la individualidad 2MCP 348

Dios permite que cada persona ejercite su individualidad. Ninguna mente humana debe sumergirse en otra mente humana [...]. Si nosotros imitáramos el ejemplo de cualquier hombre—aun el de una persona a quien, a juicio nuestro, consideráramos casi perfecta de carácter—estaríamos poniendo nuestra confianza en un ser humano imperfecto y defectuoso, que es incapaz de comunicar una jota o un tilde de perfección a otro ser humano.—Nuestra Elavada Vocacion, 110 (1902). 2MCP 348.4