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Advertencia a un médico que favorecía el hipnotismo 2MCP 353

Me siento tan preocupada por su caso que debo seguir escribiéndole, no sea que en su ceguera no vea en qué necesita reformarse. Se me ha instruido en el sentido de que está albergando ideas que Dios le ha prohibido acariciar. Les daré el nombre de “curas mentales”. Usted supone que puede usar esta cura mental en su tarea profesional como médico. Las palabras fueron pronunciadas en tonos de seria advertencia: Cuidado, cuidado dónde pone sus pies y por dónde va su mente. Dios no le ha encomendado esta tarea. La teoría del control de una mente sobre otra se originó en Satanás con el fin de presentarse a sí mismo como el principal obrero, para poner la filosofía humana donde debería estar la divina. 2MCP 353.3

Nadie, hombre ni mujer, debe usar su voluntad para controlar los sentidos o la razón de otra persona, de manera que la mente de esta se someta pasivamente a la voluntad de la persona que ejerce el control. Esta ciencia puede parecer atractiva, pero en ningún caso debe ser manejada por usted. [...] Puede dedicarse a algo mejor que al control de otro ser humano. 2MCP 353.4

Doy la voz de alarma. La única cura mental segura y verdadera abarca mucho. El médico debe enseñar a la gente a dejar de mirar lo humano para contemplar lo divino. El que hizo la mente sabe exactamente lo que esta necesita.—Carta 121, 1901; Medical Ministry, 111, 112. 2MCP 353.5