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La victoria sobre el yo es obra de toda la vida 2MCP 366

Los agravios no pueden repararse, ni tampoco pueden realizarse reformas en la conducta mediante unos cuantos esfuerzos débiles e intermitentes. La formación del carácter no es tarea de un día ni de un año, sino de toda la vida. La batalla contra sí mismo para lograr la santidad y el cielo, es una lucha de toda la vida. Sin esfuerzo continuo y actividad constante no puede haber adelanto en la vida divina, ni puede obtenerse la corona de victoria.—El Ministerio de Curación, 358 (1905). 2MCP 366.5