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Los esfuerzos individuales son necesarios 2MCP 376

Las víctimas de los malos hábitos deben reconocer la necesidad del esfuerzo personal. Otros harán con empeño cuanto puedan para levantarlos, y la gracia de Dios les es ofrecida sin costo; Cristo podrá interceder, sus ángeles podrán intervenir; pero todo será en vano si ellos mismos no deciden combatirlos [...]. 2MCP 376.4

Al sentir el terrible poder de la tentación y la fuerza arrebatadora del deseo que lo arrastra a la caída, más de uno grita desesperado: “No puedo resistir al mal”. Decidle que puede y que debe resistir. Puede haber sido vencido una y otra vez, pero no será siempre así. Carece de fuerza moral, y lo dominan los hábitos de una vida de pecado. Sus promesas y resoluciones son como cuerdas de arena. El conocimiento de sus promesas quebrantadas y de sus votos malogrados debilitan la confianza en su propia sinceridad, y le hacen creer que Dios no puede aceptarlo ni cooperar con él, pero no tiene por qué desesperarse.—El Ministerio de Curación, 130, 131 (1905). 2MCP 376.5