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No hablen de los sentimientos negativos 2MCP 398

Si no se sienten de buen ánimo y alegres, no hablen de ello. No arrojen sombra sobre la vida de los demás. Una religión fría y desolada no atrae nunca almas a Cristo. Las aparta de él para empujarlas a las redes que Satanás tendió ante los pies de los descarriados. En vez de pensar en sus desalientos, piensen en el poder a que pueden aspirar en el nombre de Cristo. Aférrese su imaginación a las cosas invisibles. Dirijan sus pensamientos hacia las manifestaciones evidentes del gran amor de Dios por ustedes. La fe puede sobrellevar la prueba, resistir la tentación y mantenerse firme ante los desengaños. Jesús vive y es nuestro abogado. Todo lo que su mediación nos asegura es nuestro.—El Ministerio de Curación, 388, 389 (1905). 2MCP 398.1