Es el plan de Dios que haya unidad en la diversidad. Entre los seguidores de Cristo debe existir la unión de los elementos diversos, uno adaptado al otro, y cada uno debe hacer su obra especial para Dios. Cada persona tiene su lugar en el cumplimiento de un gran plan que lleva la estampa de la imagen de Cristo [...]. Uno es apto para cierta obra; otro tiene una obra diferente para la cual está capacitado; y un tercero todavía, tiene una capacidad diferente; pero cada uno debe ser el complemento de los demás [...]. El Espíritu de Dios, obrando en los diversos elementos y mediante ellos, producirá armonía de acción [...]. Ha de haber un solo espíritu maestro: el Espíritu de Aquel que es infinito en sabiduría, y en quien los diversos elementos se reúnen en una unidad hermosa y sin par.—Nuestra Elavada Vocacion, 171 (1894). 2MCP 440.3