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La potencia del cristianismo 2MCP 444

En las profesiones comunes de la vida, hay muchos hombres que cumplen sus trabajos diarios inconscientes de que poseen facultades que, si fueran puestas en acción, los pondrían a la altura de los hombres más estimados del mundo. Se necesita el toque de una mano hábil para despertar estas facultades dormidas. A hombres tales llamó Jesús para que fueran sus colaboradores; y les dio las ventajas de estar asociados con él. Nunca tuvieron los grandes del mundo un maestro semejante. Cuando los discípulos terminaron su período de preparación con el Salvador, ya no eran ignorantes y sin cultura; habían llegado a ser como él en mente y carácter, y los hombres se dieron cuenta de que habían estado con Jesús.—El Deseado de Todas las Gentes, 215 (1898). 2MCP 444.4