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No todos los pecados son de la misma magnitud 2MCP 98

No todos los pecados son de igual magnitud delante de Dios; hay diferencia de pecados a su juicio, como la hay a juicio de los hombres; sin embargo, aunque este o aquel acto malo puedan parecer frívolos a los ojos de los hombres, ningún pecado es pequeño a la vista de Dios. El juicio de los hombres es parcial e imperfecto; pero Dios ve todas las cosas como realmente son. El borracho es detestado y se le dice que su pecado lo excluirá del cielo, mientras que el orgullo, el egoísmo y la codicia pasan muchísimas veces sin condenarse. Sin embargo, estos son pecados que ofenden especialmente a Dios; porque son contrarios a la benevolencia de su carácter, a ese amor desinteresado que es la atmósfera misma del universo que no ha caído. El que cae en alguno de los pecados más groseros puede avergonzarse y sentir su pobreza y necesidad de la gracia de Cristo; pero el orgullo no siente ninguna necesidad y así cierra el corazón a Cristo y a las infinitas bendiciones que él vino a derramar.—El Camino a Cristo, 28, 29 (1892). 2MCP 98.5