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Una ansiedad indebida 2MCP 116

Dios no condena la prudencia y la previsión en el uso de las cosas de esta vida, pero la preocupación febril y la ansiedad indebida con respecto a las cosas mundanas no están de acuerdo con su voluntad.—Consejos sobre Mayordomía Cristiana, 165 (1887). 2MCP 116.3