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Apartemos la vista del yo 2MCP 126

Aparte su vista de sí mismo y mire a Jesús. Usted puede reconocer que es pecador, y al mismo tiempo es privilegio suyo aceptar a Cristo como su Salvador. Él no vino a llamar justos sino pecadores al arrepentimiento. Satanás le presentará a la mente humana dificultades y sugerencias para debilitar la fe y destruir el valor. Tiene muchísimas tentaciones que pueden acudir en tropel a la mente, una detrás de otra; pero si usted analiza a fondo sus propias emociones y da lugar a sus sentimientos, estará atendiendo al mal huésped de la duda, y al hacerlo se enredará en perplejidades y desesperación. Puede preguntarse: ¿Qué debo que hacer frente a estas terribles sugerencias? Expúlselas de su mente mediante la contemplación de las incomparables profundidades del amor del Salvador. No magnifique sus sentimientos, no cavile sobre ellos, ni los ensalce, ya sean buenos o malos, tristes o animadores.—Carta 41, 1893. 2MCP 126.2