Se adaptaba a su auditorio—Con claridad y poder Pedro dio testimonio de la muerte y resurrección de Cristo: “Varones israelitas, oid estas palabras: Jesús nazareno, varón aprobado de Dios entre vosotros en maravillas y prodigios y señales, que Dios hizo por él en medio de vosotros, como también vosotros sabéis; a éste... prendisteis y matasteis por manos de los inicuos, crucificándole; al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible ser detenido por ella”. VEUC 405.2
Pedro no se refirió a las enseñanzas de Cristo para probar su aserto, porque sabía que el prejuicio de sus oyentes era tan grande que sus palabras a ese respecto no surtirían efecto. En lugar de ello, les habló de David, a quien consideraban los judíos como uno de los patriarcas de su nación.—Los Hechos de los Apóstoles, 34. VEUC 406.1
Cristo como ejemplo—Esta valerosa defensa espantó a los caudillos judíos. Se habían figurado que los discípulos quedarían abrumados por el temor y la confusión, al comparecer ante el Sanedrín. Pero por el contrario, estos testigos hablaron como Cristo había hablado, con un poder convincente que hizo callar a sus adversarios. La voz de Pedro no daba indicios de temor al decir: “Esta es la piedra reprobada de vosotros los edificadores, la cual es puesta por cabeza del ángulo”. VEUC 406.2
Pedro usó aquí una figura de lenguaje familiar para los sacerdotes.—Los Hechos de los Apóstoles, 52 (PP), 53 (ACES). VEUC 406.3