Su lenguaje era veraz—El señor Miller no empleaba al predicar un estilo florido ni galas oratorias, sino que trataba acerca de hechos claros y sorprendentes, que despertaban a sus oyentes, y los sacaban de su negligente indiferencia. A medida que hablaba, basaba sus declaraciones y teorías en pruebas bíblicas. Acompañaba sus palabras un poder convincente que parecía darles el sello del lenguaje veraz... VEUC 429.1
Era un predicador interesante, y sus exhortaciones a los que profesaban ser creyentes, y a los impenitentes, eran apropiadas y eficaces. Algunas veces predominaba en sus reuniones una solemnidad tan marcada que llegaba a ser penosa. Impresionaba el ánimo de la multitud de oyentes una sensación de la crisis inminente de los sucesos humanos.—Testimonios Selectos 1:21, 22. VEUC 429.2