Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte... y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios. Hebreos 11:5. MSV76 63.1
Estarnos viviendo en una época perversa.. Debido al aumento de la iniquidad, el amor de muchos se ha enfriado. Enoc caminó trescientos años con Dios. Parecería que actualmente se está empleando el hecho de que el tiempo es corto como motivo para instar a la gente a practicar la justicia. ¿Será necesario que se nos tengan que presentar los terrores del día de Dios para inducirnos a obrar correctamente? El caso de Enoc está delante de nosotros. Caminó por cientos de años con Dios. Vivió en una época corrompida, cuando la contaminación moral abundaba a su alrededor; no obstante, orientó su mente hacia la devoción, el amor y la pureza. Su conversación se refería a las cosas celestiales. Educó su mente para que discurriera por esas vías, y llevó el sello de lo divino. Su rostro resplandecía con la luz que emana del rostro de Jesús. MSV76 63.2
Enoc fue tentado como nosotros. Vivió en medio de una sociedad que no era más amiga de la justicia que la nuestra. La atmósfera que respiraba estaba contaminada de pecado y corrupción, como la nuestra; no obstante, vivió una vida santa. Los pecados que prevalecían en la época en que vivió, no lo mancillaron. Del mismo modo nosotros podemos mantenernos puros e incorruptos. Enoc representaba a los santos que han de vivir en medio de los peligros y las corrupciones de los últimos días. Fue trasladado al cielo gracias a su fiel obediencia a Dios. De esa misma manera serán trasladados los fieles que estén vivos y subsistan.40Testimonies for the Church 2:121, 122. MSV76 63.3
“Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios”. Mateo 5:8. Durante trescientos años Enoc procuró la pureza de corazón, para poder estar en armonía con el cielo. Durante trescientos años caminó con Dios. Día tras día anhelaba una unión más íntima; la comunión se hizo cada vez más estrecha, hasta que Dios se lo llevó consigo. Había permanecido en los umbrales del mundo eterno, con sólo un paso de separación entre él y la tierra de los bienaventurados; y entonces los portales se abrieron; su caminar con Dios, por tanto tiempo proseguido en la tierra, continuó en el cielo, y así pasó por las puertas de la santa ciudad, el primero de los hombres que entró allí.41Testimonies for the Church 8:331. MSV76 63.4