Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis. Mateo 21:22. NEV 129.1
La oración es el aliento del alma, el canal de todas las bendiciones. Cuando el pecador arrepentido, comprendiendo las necesidades de la humanidad, y sintiendo su propia indignidad, ofrece sus oraciones, Dios ve sus luchas, observa sus conflictos y advierte su sinceridad. Tiene su dedo sobre su pulso, y toma nota de cada sollozo. Ningún sentimiento lo conmueve, ninguna emoción lo agita, ninguna tristeza lo oscurece, ningún pecado lo mancha, ningún pensamiento o propósito lo mueve, de los cuales él no tenga conocimiento. Esa alma fué comprada a un precio infinito, y es amada con una devoción que es inalterable. ... NEV 129.2
Cristo nuestro Salvador ... tenía necesidades corporales que debían ser atendidas, sentía cansancio en el cuerpo que debía ser aliviado. Obtuvo fuerza para cumplir su deber y para soportar las aflicciones mediante las oraciones elevadas a su Padre. Día a día salía a cumplir su deber buscando la salvación de las almas. Su corazón se conmovía de tierna simpatía por los cansados y los agobiados. Y pasó noches enteras en oración por aquellos que eran tentados. ... NEV 129.3
Al cristiano se le da la invitación de llevar sus cargas a Dios mediante la oración, y de unirse estrechamente a Cristo mediante los vínculos de una fe viva. El Señor nos autoriza a orar, declarando que él escuchará las oraciones de aquellos que confían en su poder infinito. El será honrado por aquellos que se acerquen a él, quienes cumplan fielmente su servicio. “Tú le guardarás en completa paz, cuyo pensamiento en ti persevera, porque en ti se ha confiado”. Isaías 26:3. El brazo de la Omnipotencia está extendido para guiarnos y conducirnos hacia adelante y siempre adelante. El Señor nos dice que avancemos, y añade: Yo comprendo el caso, y yo enviaré ayuda. Continuad orando. Tened fe en mí. Pedid para la gloria de mi nombre y recibiréis. Yo seré honrado delante de aquellos que observan para criticaros por vuestro fracaso. Ellos verán a la verdad triunfar gloriosamente. “Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis”. ... NEV 129.4
¡Cuán fuertes son la verdadera fe y la verdadera oración!—The Review and Herald, 30 de octubre de 1900. NEV 129.5