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Cooperación divina SC 168

Cristo siente los males de todo doliente. Cuando los malos espíritus desgarran un cuerpo humano, Cristo siente la maldición. Cuando la fiebre consume la corriente vital, él siente la agonía. Y está tan dispuesto a sanar a los enfermos ahora como cuando estaba personalmente en la tierra. Los siervos de Cristo son sus representantes, los conductos por los cuales ha de obrar. El desea ejercer por ellos su poder sanador.—El Deseado de Todas las Gentes, 751. SC 168.3

Por medio de sus siervos, Dios se propone que oigan su voz los enfermos, los desdichados, y los poseídos de espíritus malos. Por medio de sus agentes humanos quiere ser un consolador como nunca lo conoció el mundo.—El Ministerio de Curación, 99. SC 168.4

Cristo coopera con los que se ocupan en la obra misionera médica.—Testimonies for the Church 7:51. SC 169.1

El Señor obró por medio de ellos. Doquiera iban, sanaban los enfermos y los pobres oían la predicación del Evangelio.—Los Hechos de los Apóstoles, 87. SC 169.2

Cristo ya no está personalmente en la tierra, para ir por nuestras ciudades y aldeas con el fin de sanar a los enfermos; pero nos ha encomendado que continuemos la obra médica misionera que él empezara.—Joyas de los Testimonios 3:367. SC 169.3